violet moments




martes, 23 de diciembre de 2014

Paradigmas

Al principió creí en el amor, en los cuentos de hadas, en los príncipes, en las sirenas, en la magia.

Poco a poco, sin dejar de creer en mis fantasías, la ilusión de alcanzarlas se aferraba a mi infancia y me impedía madurar.

Un día me di cuenta, de forma brutal, instantánea. Choqué contra la realidad.






Me di cuenta de que aún no había conocido ningún príncipe, ningún hada, ninguna sirena, y la magia se sentía muy lejana a la realidad.

Cambié mi paradigma: El amor existía; pero esta vez en forma de héroe, víctima, tiempo, dimensión.


De nuevo, el paradigma se rompió en mil pedazos, al mismo tiempo que mi corazón. Nadie me salvó, no hubo héroe, no hubo víctima, si hubo tiempo pero nunca se detuvo entre los dos, tampoco encontramos nuestra propia dimensión. Todo se desvaneció.


Luego, ya cansada, llegué a una conclusión: El amor no existe, es solo una ilusión.
Ese fue mi paradigma.


 Pero, como ante todo paradigma, se da una sucesión de acontecimientos:

Un evento: Te conocí, como a cualquier otro. Pero por las circunstancias tuyas y mías, por nuestras virtudes, la casualidad, las conversaciones, las miradas...
Un estímulo: Me dices que me quieres. Y yo siento algo muy adentro que quiere salir. Pero sentirlo no puedo...
Auto-estímulo: Rebusco en mi interior, finjo sentir lo que no puedo decir. Y lo digo: Te quiero.
Reacción: Tu me besas, te devuelvo el beso, nos miramos, somos eso. Somos amor, pero no entero. Tu sientes, yo observo.  Pero yo no estoy completa.
Dilema: ¿ Vuelvo a ignorar el amor o lucho por conseguirlo?

Destino: Gano, pues lucho, y al luchar hallo la respuesta; Te quiero, pero el amor verdadero me lo has dado al despedirte y dejarme a solas con tu ausencia. Y a falta de tu amor, he comenzado a quererme yo a mi misma, tras un esfuerzo, tras luchar, tras olvidar y perdonar. Y ahora que volvemos a vernos, puedo decirte te quiero y sentirlo de verdad.


Paradigma: El amor existe, como cualquier sentimiento. Y si nace de dentro, dentro muere. 






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