violet moments




domingo, 25 de enero de 2015

(lo que en realidad pienso)


He perdido un poco de fe en la humanidad.
No quiero ponerme melancólica, solo sincera. Profundamente sincera conmigo misma, al igual que con quien lo lea.
La vida en sí; podemos decir que es dura, que hay baches, heridas, besos, mordidas, muertes, despedidas, rosas, espinas; clavadas en el dulce pensamiento de alcanzar una utopía.
Estamos de acuerdo en que la vida duele, pero le duele más al individuo su propia vida que a los que le rodean, y la muerte duele de forma infinita a todo individuo menos al que muere. Esto último genera en mi mucha controversia.
Los seres humanos somos complejos y absurdos, nos compensamos  mutuamente con dosis de afecto, pero no nos atrevemos a querernos a nosotros mismos, ya que eso implicaría conocernos, y descubrir, tal vez, que nos odiamos.

El amor. El amor ¿Qué es eso? Si nadie lo sabe… Y todos hablan de ello, creyendo conocerlo. Ah ignorantes, si ya lo somos ante la vida, más aún ante el amor, que no es más que una palabra prohibida, que cada vez tenemos más miedo a sentir y más soltura a escribir.

Yo aún no lo conozco, y aun así he hecho sufrir y he sufrido demasiado solo por las migas de esa palabra; el amor, un misterio para mí.



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